viernes, 5 de agosto de 2011

Capitulo 7

Lo cierto es que eso era algo extraño, no... lo entendia ¿Andrew habia muerto? Y si era asi... ¿cómo es que ahora estaba vivo?¿Seria una de esas cosas que llaman ECM? Una... ¿experiencia cercana a la muerte? A un le seguia dando vueltas a eso, y a otras preguntas como: ¿Por qué Andrew podía ver fantasmas? o ¿Por qué yo le bloqueaba los poderes? y no solo a el, también a Nate. Nate, el chico que podía leer mentes y... ¡ah, si! que tambnién era un idiota al que ahora odiaba. Apreté la botella de agua que tenía entre las manos, solo pensar en el me ponía mala. Seguí apretando la botella hasta que el tapón de ésta salió volando y el agua mojó mi ropa y los libros que habian encima del escritorio.

-¡Genial!- dijo Andrew acercandose a mi con una toalla- has empapado mis libros.

-Lo siento- me disculpé. Le quité la toalla- trae, yo lo seco.

El puso los ojos en blanco y se volvió a sentar al borde de su cama, volvió a poner su ordenador portátil encima de su regazo. Lo miré un momento, pero el estaba mirando la pantalla del portátil. Bueno, el caso es que aun seguiamos investigando, pero nuestra investigación hasta ahora era todo un fracaso, no habíamos encontrado nada de nada. Y la verdad, era muy frustrante, nos valdría cualquier tontería, pero no habiamos encontrado nada que nos ayudara, nada que nos aclarara alguna de nuestras preguntas. Nada.
Andrew levantó la mirada del portátil, y sentí que me miraba.

-Eh, suerte que no te dejé el portátil- dijo intentando captar mi atención, porque ahora mismo estaba pensativa. Miré a Andrew- Seguro que se hubiera estropeado.

-Mmm... si, con la suerte que yo tengo, seguro- respondí sin ganas.

Miré la toalla que tenia en la mano. Sentí que Andrew me seguía mirando.

-Alyson... ¿estas bien?- preguntó.

Levanté nuevamente la cabeza, y sonreí.

-Si, estoy muy bien- el enarcó una ceja, no había quien engañara a Andrew- bueno, es que me hubiera gustado que hubieramos encontrado algo.

-Lo sé, a mi también- me sonrió para darme ánimos- pero... ¡eh! Podemos seguir investigando. No nos hemos saltado las últimas clases para nada.

Asentí, el tenia razón, no tenía porque ponerme asi. En algun momento encontrariamos algo que nos ayudara.

-Tienes razón- sonreí- oye, ¿crees que nos echaran la bronca por habernos saltado las últimas clases?

-Puede- se encogió de hombros.

-¿Puede?- pregunté medio sonriendo- ¡fijo que nos echan la bronca!

El sonrió, y miró nuevamente la pantalla del portátil. Yo sentí curiosidad, asi que deje la toalla encima del escritorio y me levanté de la silla en la que estaba sentada. Me acerqué a donde estaba el y me senté a su lado, el me miró y cerró el portátil de golpe.

-¿Qué pasa?- pregunté mirandolo.

-Mmm... nada- dijo mirando al suelo.

Yo lo estudié con la mirada, estaba mintiendo. Cuando Andrew miente siempre mira al suelo.

-¿Entonces por qué no me dejas mirar el portátil?

-Porque si- respondió el.

Tuve una idea.

-Hala, Andrew, ¡mira!- dije señalando la ventana.

El me miró como diciendo: "No soy tan estúpido" y puso los ojos en blanco. Vale, mi plan no había funcionado.

-Tonta- dijo el sonriendo- deberías haber pensado algo mejor para quitarme el portátil.

 Le saqué la lengua como una niña pequeña que no había conseguido lo que quería.

-Solo estaba viendo un video de un gato peleandose con su reflejo en el espejo.

-¿En serio?- pregunté, el asintió- Ah, muy bonito Andrew, se supone que estamos buscando cosas que no ayuden a saber porque...

-Lo se,  lo sé- me interrumpió- pero es que me aburrí después de estar buscando 2 horas seguidas y no encontrar nada.

Asentí. Yo también me había aburrido de buscar y no encontrar nada. De repente Andrew me miró. ¡Oh, no! era esa mirada de: "Tengo una idea". Le miré expectante.

-Sabes... quizá a llegado el momento de pedirle ayuda a Nate, el podría saber algo.- dijo el animadamente.

-¡No! No vamos a pedirle ayuda a ese... IDIOTA- dije enfadada.

-Alyson, tenemos que hacerlo.

Negué con la cabeza. No, definitivamente, no, yo no iba a pedirle ayuda a Nate, ni loca.

-Ni hablar. Andrew, Nate no nos cree, y lo sabes, le hemos dicho lo que sabiamos, que es muy poco, y ha pasado de nosotros. ¡No nos cree!

-Alyson, lo sé , pero... podemos convencerle y... - me levanté de la cama donde estaba sentada, y me dirigí a la puerta para salir de la habitación de Andrew.- ¿A dónde vas?

Suspiré.

-Tengo que hacer los deberes de Lengua- dije abriendo la puerta para salir fuera.- Adios- me despedí mientras cerraba la puerta de golpe.


Al día siguiente, a la hora del desayuno, me dirigí con mi bandeja de comida, donde estaba sentado Andrew comiendo una magdalena. Levantó la cabeza y me miró, yo aparté una silla y me senté, dejé la bandeja encima de la mesa.

-Hola- saludó el, yo me quedé callada un momento- ¿sigues enfadada?

-No estaba enfadada- dije encogiendome de hombros- solo tenía que hacer los denberes de Lengua.

El asintió. Lo cierto es que me había enfadado un poco, pero luego comprendí que era estupidez enfadarse por una tontería.

-Sabes, creo que será mejor que hable yo con Nate- dijo el mirandome- se que tu no quieres hacerlo, asi que lo haré yo.

¿Por qué? No quería que Andrew hablara con Nate.

-No- dije mientras negaba con la cabeza, el miró a una mesa cerca de nosotros, yo seguí la dirección de su mirada y vi a Nate sentado tomandose un zumo.- Andrew, no.

El miró a  la silla vacía que había a mi lado.

-Antes de que tu vinieras, ahí estaba sentado un fantasma- lo miré con curiosidad- era una chica y decía que le caes muy bien.

-¿Enserio?- pregunté sorprendida mientras miraba a la silla vacía que estaba a mi lado.

Volví a ver a Andrew y vi que se había levantado y se dirigía a la mesa donde estaba Nate. ¡Seré estúpida! Andrew me había engañado. Me levanté de la silla y me dirigí donde estaban ellos dos, Andrew estaba junto a Nate.

-¿Que quieres?- oí qe le preguntaba Nate a Andrew.

-Bueno, yo... queria- titubeó Andrew.

Yo me acerqué a ellos, y cuando estuve lo suficientemente cerca, Nate miró a su alrededor, parecía sorprendido, luego clavó su mirada en mi. Yo me planté delante suyo.

-¿Cómo lo has hecho?- preguntó el mirandome.

-¿El qué?- pregunté sin entenderle.

Andrew nos miró a Nate y a mi.

-Hacer... que se callen- respondió el- ¿cómo lo has hecho?

Miré a mi alrededor, había algunos que nos estaban mirando, seguro que se preguntaban que estaban haciendo los "raritos" hablando con Nate. Pero aparte de eso, casi todo el comedor estaba hablando, ya fuera con sus amigos, o por el móvil, casi asia que me doliera la cabeza de tanto ruido.

-¿De qué hablas?- pregunté- todo el mundo esta hablando.

El negó con la cabeza.

-Sabes, que no me refiero a eso.

¿Qué no se refería a eso? ¿entonces a que se estaba...? ¡Oh! Claro.

-Te refieres a lo de leer la...

-Si, me refiero a eso- dijo - Cuando te has acercado hace un momento, he dejado de... oírles.

Lo miré un poco sorprendida, luego asentí.

-Eso es porque te bloqueo los poderes.

-¡No es verdad! Eso es una tontería, no me lo creo.- dijo el.

Era por esto por lo que lo odiaba.

-¿Entonces como explicas lo que acaba de pasar?- pregunté enfadada.

Se encogió de hombros.

-¡No lo se! Pero se que tú, no me "bloqueas" los poderes.

Ya me había enfadado por completo.

-Eres... eres... ¡Tonto del culo!- le grité.

El me miró.

-¿Tonto del culo?- preguntó burlonamente- ¿por que no buscas mejores insultos en: buenosinsultos.com?

-¡Imbecil!- le grité- te dije que no se podía hablar con el- dije dirigiendome a Andrew- Le cogí de la muñeca- vamonos de aqui- lo arrastré nuevamente hasta nuestra mesa.

Cuando llegamos, me volvía sentar, y Andrew hizo lo mismo. Cogí la ensalada de la bandeja de comida y pinché un mini tomate con el tenedor. Andrew cogió su sandwich y le dió un mordisco. Lo mejor que podíamos hacer era haacer como si no hubiera pasado nada. Entonces oí pasos que se acercaban a nuestra mesa, luego alguien apartó la silla que estaba al lado mio y se sentó. Era Nate, yo lo miré sorprendida. El me devolvió la mirada. Andrew también estaba sorprendido. ¿Qué hacia el aqui?
Nate soltó un suspiro.

-Esta bien, me uno a vuestro grupo de los "raritos"
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Hola!! siento haber tardado tanto en publikar, de verdad qe lo siento, pero con las vacaciones y tal .. pues esoo, no me apetecía escribir, y hasta iba a dejar de escribir. Pero claro, aqui mi amiga Eli me ha estado pinchando para qe publike, y aqui esta el capitulo, que se lo dedico a ella ;) Tequierooo :P
Y si quereis pasaros por su blog, ella dise que no escribe bien, pero es mentiraaa :D su historia es muy interesante. Pasaros!!: http://curiosa-mirada.blogspot.com/

sábado, 28 de mayo de 2011

Capitulo 6

Ellos dos se seguían mirando, ¿cuanto llevaban así?¿dos minutos?

-Hola... ¿chicos?¿alguien puede decir algo?- pregunté

Ni una palabra, seguían igual que antes. Ojala pudiera saber lo que estaban pensando, ¡eh!, eso podía hacerlo, aunque solo fuera a Nate, porque los dos parecían estar en estado de shock. Me giré a Nate, cogí su mano, y cerré los ojos.

-Pero ¿qué estas...?- preguntó él.

Oí lo que estaba pensando: "Vale, esta chica si que es rara", yo le miré de mala manera.

-¡Eh! ¿quieres parar de llamarme rara?

Miró a otra parte, y oí como pensaba nuevamente: "Lo siento, es la costumbre, pero ¿querrias soltarme la mano de una vez? no me gusta que sepan lo que pienso" puse los ojos en blanco y le solté la mano.

-¿Qué ha sido eso?- preguntó Andrew.

Los dos nos giramos a Andrew.

-Veras, es una cosa muy rara, me pasa lo mismo que contigo, al parecer le bloqueo los poderes.


Otra vez miró a Nate algo sorprendido, luego me miró a mi.

-Tu... ¿le bloqueas los poderes?

Asentí. Nate nos miró a Andrew y a mi.

-Vale, vale, ¿alguien podría decirme qué es eso de que ella me bloquea los poderes?- preguntó señalándome.

Andrew y yo intercambiamos miradas, ¿era buena idea decirle lo que sabíamos? no era mucho, pero algo es algo.

-Esta bien, yo te lo diré- dije.

El me miró.

-Bien, te escucho.

-Vale, pero primero tendrías que sentarte- dije señalando la silla.

Suspiró, y se sentó en la silla. Me planté delante de el, y empecé desde el principio. Cuando terminé de contarle todo, se me quedo mirando. Se levantó de la  silla y dijo:

-No, eso es imposible.

-¿Por qué?- pregunté.

-Pues porque si, eso no es cierto ¿vale?

Se dirigió a la puerta de salida.

-¿Por qué te resulta tan difícil creerlo?- preguntó Andrew.

Nate se detuvo.

-Eso es imposible, yo no soy como vosotros.

Suspiré sonoramente, y puse los ojos en blanco.

-No... claro, tu no eres como nosotros, solo... puedes leer la mente- dije sarcásticamente.

-No es lo mismo- dijo.- yo no soy raro como vosotros, y no creo que lo que tu dices sea cierto.

Andrew intervino.

-Pues es la verdad, y si no te lo crees, es tu problema.

Nate sacudió la cabeza de un lado a otro.

-No, no me lo creo- dijo- vamos, lo fantasmas no existen. Ni chicas que te "bloqueen" los "poderes".

Lo miré claramente enfadada, ¿encima de que le contabamos lo poco que habiamos averiguado, el ni si quiera se molestaba en creernos aunque solo fuera un poquito? Me acerqué a el y puse los brazos en jarra.

-Esta bien, no nos crees, pero, hace un rato no parecias creer que era rara, si no recuerdo mal dijiste: Tu... me gustas mucho- dije imitando su voz

Andrew abrió los ojos de par en par. Nate sonrió.

-¿En serio te lo has creido?

Lo miré sin entender.

-Mi plan, era enamorarte, y asi... hubiera sido más fácil controlarte, podría haberte sacado información, sobre porque no puedo leerte la mente, o otro tipo de cosas. Pero vamos, ¿en serio creias que me gustabas?- preguntó burlonamente

-No, claro que no- respondí secamente.

El volvió a sonreir.

-No te ofendas, eres muy guapa y eso, pero... las prefiero rubias. En realidad, no eres mi tipo.

Yo lo fulminé con la mirada.

-Oh, ¡que alegría! En serio, es un alivio, porque a mi tampoco me van los tíos idiotas como tu que creen que lo pueden tener todo por su cara bonita. Y sabes, tienes mucha suerte, esta Academia esta llena de chicas rubias. Debí suponer que te iban las chicas sin cerebro.

-¿No me digas que estas celosa?

-Que te lo has creido, no me verás enamorada de ti ni aunque fueras el único chico de todo el universo. Antes prefiero tirarme de un acantilado.

El abrió la boca para decir algo, pero en ese momento sonó el timbre que anunciaba el fin del descanso.

-Creo que ahora tengo clase de Historia, no tengo nada que hacer con vosotros, asi que adios- dijo dando media vuelta para irse, pero se detuvo y se volvió a girar hacia a mi- una cosa más, nunca digas nunca.

Después de decir eso se marchó y Andrew y yo nos quedamos a solas. No se porque, pero estaba muy enfadada. Miré a Andrew y dije:

-¡Lo odio!

-A mi tampoco me cae muy bien, pero el puede saber cosas que... - se calló un momento al ver la cara que ponía- ...podrian ayudarnos, bueno, tecnicamente es como nosotros, puede leer la mente. Aunque el lo niegue, el puede saber algunas cosas que nosotros dos no sepamos. Quiza... algo que nos diga porque tenemos estos poderes.

Eso podía ser cierto, pero ahora mismo no quería saber nada sobre ese chico.

-Dejemos de hablar de el ¿vale?

El asintió, me acerqué a el y... se me había ocurrido una idea. Lo miré sonriente.

-Vale, no me gusta esa sonrisa.

Empezó a retroceder, mientras el retrocedía yo me acercaba a el.

-Tengo una idea, dejame probar una cosa- intenté cogerle la mano, pero el la apartó rápidamente.

-No, no. ¿Quieres involucrar a Craig en esto?- preguntó.

Lo miré sorprendida.

-Sabes, creia que el que leia las mentes era Nate- dije medio bromeando.

-Alys... no, paso de.involucrar a Craig en esto y... - el habia movido la mano y eso me dió tiempo para cogerla. cerrar los ojos y concentrame en...

-¿Para que soy bueno?- preguntó una voz muy familiar.

Abrí los ojos y vi a Craig muy sonriente, yo le devolví la sonrisa.

-¡Oh, no!- se quejó Andrew

-Craig, queria pedirte un favor...

Se le ensanchó la sonrisa.

-Lo que quieras preciosa.

Andrew puso los ojos en blanco. Me puse a contarle mi plan a Craig, no me llevo mucho tiempo explicarselo. Cuando acabé el asintió.

-Haber si lo he entendido bien, ¿quieres que espie al tal Nate durante un tiempo, y asi averiguar cosas sobre el, para después contaroslo todo a vosotros?

-¡Exacto!- exclamé.

-Es una pésima idea- dijo Andrew.

- A mi me gusta, también siento curiosidad por saber cosas sobre ese tío. Ademas, podré hacerle un par de travesuras, nadie se mete con mi chica.

Yo sonreí, me caia muy bien Craig, miré a Andrew nuevamente, el no estaba para nada de acuerdo en lo que planeaba hacer.

-Creo que empezaré desde ya- dijo Craig desapareciendo de nuestras vistas.

Yo le solté la mano a Andrew.

-Oye, se que no te gusta la idea, pero creo que saldrá bien. Ademas, siempre te estas quejando de que Craig no te deja dormir, y cosas asi. Ahora, te libarás de el durante un tiempo.

El negó con la cabeza.

-Sigue sin gustarme la idea- miró el reloj que habia colgado en la pared- y ya no hemos perdido casi quince minutos de clase.

Yo me encogí de hombros.

-Pues... no iremos a clase, yo tenía clase de Arte, y no soy una gran artista que digamos.

El suspiró.

-Yo tenía clase de Biología.

 Oh, vale, creo que Biología era más importante que la clase de Arte.

-Lo siento- me disculpé.

-Da igual, tampoco es que le importe a alguien en esa clase, en realidad, no le importo a nadie en esta Academia.

Yo lo miré y negué con la cabeza.

-Eso no es cierto, me importas a mi- el me miró extrañado- eres el único que me comprende en esta Academia, eres mi amigo, y... bueno, la gente piensa que soy rara y que tu también lo eres, pero me da igual ¿sabes? Al menos podemos ser raros juntos, porque yo creo que la amistad es eso, y prefiero mil veces que la gente piense que soy rara a no tener amigos- dije con una sonrisa.

El me mostró una de esas sonrisas torcidas de las suyas.

-Me alegro haberte conocido- dijo el- hace mucho que no tengo un amigo de verdad, bueno, una amiga, y tampoco se puede decir que los amigos que tenía antes de que me ocurriera esto, fueran mis amigos de verdad. Eres diferente a cualquier chica que haya conocido, pero en el buen sentido ¿eh?

Asentí, el me había contado que antes, cuando era normal, tuvo un accidente automovilístico, después de ese accidente, veia fantasmas por todos lados, y claro esta, nadie le creia. Andrew también decía que había... muerto, yo no entendía muy bien eso, dijo que después de chocar con el otro coche, vió una luz, y que los médicos habían dicho que fue un milagro que hubiera sobrevivido de ese accidente.

miércoles, 6 de abril de 2011

Capitulo 5

Alyson


No podía moverme de donde estaba. Ese chico me estaba mirando, el tal Nate. Era muy guapo, pero, la pregunta era: ¿por qué me estaba mirando? Me había atrapado con la mirada, tenía los ojos azules, eran muy azules, incluso más que los mios, eran como el azul del cielo. Su pelo era de un marrón claro. Cuando me había dado cuenta de que me miraba, me había puesta roja.

-Señorita Weston, encima que llega tarde ¿quiere hacernos perder más tiempo de clase?- preguntó el profesor.

El chico miró al suelo, liberándome así de su mirada. Miré al profesor, que seguía a la espera de una respuesta.

-Si- dije, vi la cara de perplejidad del profesor- osea no, lo que quiero decir es que... Mejor me voy a sentar a mi sitio.


-Si, creo que eso estaría bien- dijo el profesor.

Me dirigí nuevamente a mi pupitre y cuando llegué, me senté en la silla, al lado mío no se sentaba nadie. Últimamente era una costumbre que llegara tarde a clase, y eso se debía a que Andrew y yo nos habíamos pasado estas dos últimas semanas investigando si había gente como Andrew, que pudiera ver fantasmas, o como yo, que pudiera bloquear los poderes. Pero lo cierto es que no encontramos mucho. Nuestra única fuente de información era Google, y en Wikipedia no se encontraba gran cosa que digamos. Pero acabamos encontrando algunas cosas muy interesantes. Como por ejemplo, un chico que podía hacer aparecer y desaparecer las cosas, aunque bien mirado, también podría tratarse de un mago, también encontramos algo sobre un niño que...

-Bueno chicos, como os iba diciendo, este es vuestro nuevo compañero Nate Bronson- dijo el profesor.

Miré un momento al chico que ahora parecía confuso, a lo mejor el profesor había dicho mal su apellido, la primera vez que pasó lista dijo mal mi apellido, algo como: Wenton,  ¿o eran Wentin? ya no me acordaba muy bien. El chico volvió a mirarme, bueno, Nate. Nuevamente sentí como las mejillas se me encendían y agaché la cabeza.

-... Espero que os portéis bien con vuestro compañero- volvió a decir el profesor- Nate, ¿quieres decirle algo a tus compañeros?

 Levanté la cabeza un momento, solo para ver como negaba.

-Bien, pues entonces, puede sentarte donde quieras.

Cogí mi mochila que se encontraba en el suelo, y saqué el libro de Lengua, mi cuaderno y el estuche, bueno el estuche aun no lo encontraba, rebusqué en mi mochila hasta encontrar el bendito estuche. Oí como unos pasos que se acercaban a donde yo estaba. Se detuvieron, cerré los ojos un momento y pensé: "Por favor, que no sea quien yo creo que es"

-¿Te importa que me siente a tu lado?- preguntó Nate.

Abrí los ojos y lo vi parado a mi lado.

-Eh, yo... no, claro que no, ese sitio no es el mío. No pone mi nombre o algo por el estilo- dije algo nerviosa.

El asintió y se sentó en el sitio vacío, junto a mi. Dejó la mochila en el suelo y empezó a sacar los libros. El profesor empezó a dar la clase. Oí como una chica decía: "¿Por qué se sienta al lado de la rarita?" Yo cogí un mechón de mi pelo y empecé a enrollarmelo en el dedo.

-¿Por qué haces eso?- preguntó Nate.

Le miré y vi que me miraba con curiosidad.

-Yo... Son cosas mías- respondí un tanto nerviosa.

Me miró extrañado y  luego abrió el libro de Lengua, por una página al azar.

-Vamos por la página 37- dije yo.

 Asintió y pasó las páginas hasta encontrar la página que le dije. Yo miré mi libro, y luego intenté prestar atención a lo que decía el profesor, pero me resultaba difícil porque sentía que me estaban mirando, yo sabía quien era, pero... aun así me sentía muy incómoda. ¿Por qué? ¿por qué ese chico no dejaba de mirarme?
Vale, esto era lo que iba a hacer, cuando terminara la clase me iba a plantar delante de él y le pedíria que me explicara porque no dejaba de mirarme, y también le diría que dejara de hacerlo porque me sentía como un mono de feria. Esta bien, esta bien, no creo que tuviera agallas para hacer eso, en realidad era una gallina, creo que una gallina era más valiente que yo en comparación conmigo. Lo único que quería ahora mismo era que sonara el timbre, para irme a clase de Español, aunque no era una de mis asignaturas predilectas. Pero ¡Dios mío!, solo quería eso ¿era tanto pedir?. Esta clase por lo general se me pasaba volando, era una de mis asignaturas favoritas. El profesor nos mandó los deberes, y hacer el resumen de un libro, para la semana siguiente. Miré el reloj que estaba más arriba de la pizarra, y casi me da algo al comprobar que aún quedaban unos 10 minutos. Me puse ha hacer los deberes de Lengua y, después de unos laaaargos minutos sonó el timbre. Me levanté casi de un salto, y metí rápidamente mis cosas en la mochila. Vi como el hacía lo mismo pero, no tan deprisa como yo. Cuando cerré la cremallera, me colgué la mochila del hombro y salí de clase casi a la carrera. Solté un largo suspiro al llegar a mi clase de Español, era una de las primeras en llegar. La profesora, que ya se encontraba en clase, me sonrío al verme, yo le devolví la sonrisa amablemente y me fuí a mi pupitre, dejé la mochila en el suelo, y me senté. Saqué los libros de Español y alguien preguntó:

-¿Tu eres Alyson? - levanté la cabeza y vi a un chico a mi lado- ¿Weston?

 -Humm... si, soy yo- respondí.

Me tendió un papel doblado, yo lo cogí y el se fue a sentar a su sitio. Abrí el papel, había algo escrito, leí:

Soy Nate, tu compañero de clase, el nuevo, ya sabes, ese que se sienta a tu lado. Bueno, te iba a decir  algo, pero te fuiste muy rápido de clase. Supongo que te preguntarás de que se trata ese algo. He pensado que sería mejor que lo hablaramos personalmente, y no por una estúpita nota, ya se que no me conoces, ni yo a ti, la verdad, pero es algo importante. Te espero en el salón de música después del almuerzo.

Tragué saliva , y volví a doblar el papel, ¡genial!, ¿de qué quería el hablar conmigo? ¿debía ir al salón de música después del almuerzo?.
Por culpa de esas dos preguntas me pasé las clases siguientes, dudando si debía ir a la sala de música, o no. Cuando llegó la hora del almuerzo me fuí a la mesa en la que nos sentabamos Andrew y yo, el ya se encontraba ahí sentado, viendo un libro, mientras escuchaba música en su iPod. Me senté en la silla, el levantó la mirada del libro y se quitó uno de los cascos.

-Hey, hola- saludó.

Asentí a modo de saludo, tenía la mirada clavada en la mesa.

-¿Te pasa algo?- preguntó.

Levanté la cabeza y le miré.

-No... yo... no se.

Tomó un trago de su zumo de piña y me siguió estudiando con la mirada.

-Vale, ¿qué te pasa?

¿Debía decirle lo del chico nuevo? era la única persona con la que podía hablar de esto, Andrew era mi amigo. Si, iba ha hacerlo. Suspiré sonoramente.

-Esta bien, te lo diré- el me miró expectante- ¿sabes que hay un chico nuevo?.

-Si, la gente habla mucho de el.

-Bueno, pues, va a mi clase de Lengua, y... se sienta a mi lado, desde que entré en clase no ha parado de mirarme ¿sabes? y cuando fuí a clase de Español, me mandó una nota diciendo que no encontraramos en la salón de música después del almuerzo. Lo que, mira tu por donde, ¡es casi ahora!

-Y... ¿piensas ir?- preguntó el.

Me encogí de hombros.

-No lo se... creo que si.

El asintió y le dio otro trago a su zumo.

-Vas a ir a hablar a un tío que no conoces, humm... quien sabe, a lo mejor es un psicópata, o algo peor.

Me entraron las dudas nuevamente y empecé a sentir miedo.

-Ah, muchas gracias Andrew- dije con sorna- no había pensado en eso. Ahora estoy peor que antes, ¡muchas gracias!

El puso los ojos en blanco.

-Venga, ni que el fuera el lobo feroz y tu caperucita roja.

-¿Y tu quién se supone que serías?¿la abuelita?

Se pasó una mano por el pelo y sonrío.

-Creo que deberías ir- dijo- asi averiguarias de que quiere hablar contigo.

-Si, tienes razón, pero... aun no estoy segura de si debería ir.

Volvió a asentir y ahora parecía pensativo. Estuvo asi unos 2 minutos, luego me volvió a mirar y vi esa mirada suya, la que me decía que tenía una idea.

-Tengo una idea- dijo el al fin.

-Ya lo sabia- dije y el me miró extrañado.

Luego sacudió la cabeza y dijo:

-Vale, tu tienes miedo a ese tío ¿no?

Lo pensé un momento, haber, que no es que le tuviera miedo, solo era que, no se... había algo extraño en ese chico.

-No le tengo miedo- dije al fin.

Vi su rostro, que parecía decir: "¿en serio?"

-Puede... que un poquito- admití.

-Lo que yo decía. Bueno, tu vas a hablar con ese tío, yo me paso por ahí de forma "casual" dentro de 10 minutos. Y si te intenta hacer algo, o cualquier otra cosa, tu solo grita, estaré cerca de ahí- dijo.

Asentí, esa parecía una buena idea.

-Esta bien, pero... ¿qué grito?- pregunté, se encogió de hombros- vale, entonces solo gritaré en clave, ya sabes, algo como: "¡Ayuda! el lobo feroz ataca a caperucita roja"

El puso los ojos en blanco, y movió la cabeza de un lado a otro.

-No, algo más normal.

-Emm... vale, entonces solo gritaré tu nombre-dije.

-Si, creo que eso sería lo mejor.


Después de que se terminara la hora del almuerzo, Andrew y yo íbamos de camino al salón de música, a medida que nos acercábamos yo me sentía más nerviosa y Andrew lo notaba.

-Eh, tranquilizate, ese tío no te va a hacer daño o algo parecido.

Asentí.

-Sabes, ya no estoy tan segura de que quiera ir a hablar con el- dije deteniendome a mitad de camino.

-Vamos, no pasará nada.

Me instó a que andara, y eso hice, ya casi habíamos llegado al salón de música, ahora mismo no había gente por aquí cerca, era la hora de descanso, media hora de descanso después de almorzar, y la mayoría estaría en su habitación, dando un paseo por el campus o en el salón de ocio. Andrew se detuvo y me miró.

-Bueno, yo te dejo aquí-dijo

Le miré alarmada.

-Pero... ¿no podrias acompañarme un poco más adelante?- pregunté.

El negó con la cabeza. Suspiré sonoramente, ¿por qué era tan cobarde? ademas, habia ido a clases de judo, asi que si intentaba algo le haría una llave de judo, y adios muy buenas. Si, eso haría.

-Esta bien, pero irás dentro de diez minutos ¿verdad?

El asintió y me sonrío para darme ánimos. Me puse en marcha nuevamente, hasta que llegué al salón de música, estaba parada delante de la puerta ¿debería tocar? opté por no hacerlo y giré el pomo de la puerta, entré y le vi parado junto al piano, de espaldas a mi. Sonaron unas cuantas notas musicales, sonaba bastante bien.

-Es una melodía muy bonita- dije, aunque no sabía si era para que se diera cuenta de mi precencia, o porque estaba nerviosa y no sabía que otra cosa decir.

-Gracias, aunque nunca me ha gustado mucho el piano- dijo aun de espaldas a mi.

-Entonces... ¿por qué tocas?- pregunté con curiosidad.

Se giró a mi y me miró un momento, otra vez sentí como me ponía roja.

-Supongo que es por la costumbre, mi madre me obligó a ir a clases cuando tenía 11 años- respondió.

Vale, hasta ahora no parecía tan malo como pensaba, era... ¿simpatico?

-Pues... se te da bastante bien- dije.

 Me miró con curiosidad, y luego sonrío.

-¿Qué?- pregunté.

-Nada.-dijo- Pero, no te he enviado esa nota para hablar de que se me da bien tocar el piano.

 -Oh, ya, claro ¿entonce qué era?

Se apartó del piano y se acercó a mi, yo me puse nerviosa de repente.No tenía porque ponerme nerviosa, era una estupidez. El solo era un chico normal, bastante guapo, al que se le daba muy bien tocar el piano y que no era un psicópata o algo asi.

-Tu... me gustas mucho-dijo.

 Yo me lo quedé viendo, el me miró expectante.

-Ja. ja, ¿dónde esta el chiste?- pregunté.

-No es un chiste.

-Ya... claro...

Di media vuelta para irme.

-¡Espera!-dijo.

Me cogió de la muñeca, ¿quién era este chico? Oí que decía: "Es guapa, pero algo rara. Hay algo extraño en ella" De un tirón hice que me soltara la muñeca y me giré a el nuevamente a el, estaba enfadada, ¿quién se creia este chico para decir eso de mi?.

-Oye, tu, no me gusta que la gente vaya diciendo por ahí, que soy rara, cuando no lo soy- ¿o si lo era? eso no venía al caso- y gracias por lo primero que has dicho, pero en serio, no me gusta que me llamen rara. Ademas, ¿sabes una cosa? yo también creo que eres extraño, y... un... ¡idiota!- grité eso último- Asi que si haces el favor de no llamarme rara la proxima vez te lo agradecería.

El chico me miraba estupefacto, se había quedado mudo. Ah, claro, ahora se callaba ¿no? cuando no se había cortado ni un pelo en llamarme rara, aunque en cierto modo lo fuera. Pero el no tenía ningun derecho a llamarme rara.

-Yo... no... he dicho nada de eso.- dijo el.

-Si lo has hecho, ¿crees qué estoy sorda o qué?- pregunté de mala manera.

Ahora me venía con que el no había dicho nada, ¡ya, claro!. Si lo había hecho cuando me había cogido de la muñeca y... ¡Espera! ¿cuando me había cogido de la muñeca?. Si el no había dicho eso, entonces... lo habia pensado. Empecé a verlo igual de sorprendida que el a mi. ¡Oh, Dios mío!

-¿Puedes leer la mente?- Preguntamos a la vez.

 Me giré nuevamente para irme y grité:

-¡Andrew!

El fué más rápido que yo y me bloqueó la salida. Se plantó delante de la puerta.

-¿Adonde crees qué vas?

Yo le miré alarmada, volví a abrir la boca para gritar, pero el me tapó la boca con la mano.

-No se te ocurra volver a gritar- dijo.- No le puedes decir a nadie que puedo leer la mente. Y no dejaré que te marches hasta que me lo prometas.

Yo asentí repetidas veces. El suspiró sonoramente.

-Esto es una mierda. ¿Por qué no puedo leerte la mente?

Le miré nuevamente sorprendida. ¿El no podía leerme la mente? Me quitó la mano de la boca. Esto se lo tenía que decir a Andrew, pero no podía estando el bloqueandome mi única salida. ¡Eh! yo había ido a clases de judo, podía hacerle esa llave, y tumbarle en el suelo. Me puse en posición, pero antes de que pudiera hacer algo, el me cogió del brazo, me dió la vuelta y me estampó contra la pared. Me había inmovilizada, tenía la cara aplastada contra la pared, el estaba detrás de mi.

-¿Se supone qué eso era judo?- Preguntó un poco burlón.

-Si- respondí sin aliento.

-Déjame decirte que se te da realmente mal- dijo- Para empezar, deberias haber sido algo más rápida en tus movimientos, ah, si, y tener en cuenta que yo también fuí a clases, y que soy cinturón negro.

Dios, el tío debía ser una máquina en judo para ser cinturón negro. El tenía toda la razón, se supone que debería haber sido mucho más rápida. Pero, supongo que olvidé mencionar que había sido la peor de la clase, y que siempre me habían zurrado de lo lindo. Estúpida de mi, no debería haberlo intentado siquiera, y si hubiera sabido que era cinturón negro, seguro que no lo habría hecho. Me me soltó el brazo y se apartó de mi, yo me giré lentamente hacia el.

-No se lo puedes decir a nadie, y cuando digo nadie, es nadie. Ni tampoco a tu amiguito, ese que he oído por ahí que es raro.- dijo.

-Ah, claro, ¿y tu no eres raro? puedes leer la mente- dije enfadada- y... casi me arrancas el brazo hace unos segundos.

-No te iba a arrancar el brazo. Ademas, tu también puedes leer la mente.

Yo sonreí.

-Eso es lo que tu te crees- dije en lo que a mi me pareció un tono misterioso.

Hice ademán de apartarme de el, pero el me detuvo.

-¿Qué quieres decir?- preguntó.

-No te lo voy a decir.

-Oh, ya lo creo que lo harás- dijo muy seguro de si mismo.

Si claro, ¿qué me iba a hacer?

-No lo haré.

-¿Estas segura?

Asentí, el sonrió y me empujo nuevamente contra la pared y me miró fijamente a los ojos, el corazón me empezó a latir muy fuerte. Era incluso más guapo si lo mirabas de cerca, sus ojos eran... tan bonitos.

-Ahora ¿me lo vas a decir?

Negué con la cabeza.

-Oh, vamos, ¿tiene que ver con qué cuando estas cerca de mi no puedo leer la mente de nadie?

Iba a volver a negar, pero, ¿qué acababa de decir?. Le miré nuevamente sorprendida, creo que solo me faltaba abrir la boca, para parecer más estúpida. Pero no podía responderle estando el tan cerca de mi, su rostro estaba a solo unos centímetros del mío. Abrí la boca para intentar decir algo, pero no me salió palabra alguna. Esto era totalmente imposible, yo... Esto no podía ser cierto. El me miró, y se apartó un poco de mi.

-Me... estas... diciendo que... ¿yo te bloqueo los poderes?- conseguí preguntar.

Me miró algo confundido.

-¿Qué tu me bloqueas, los qué?

Antes de que yo abriera la boca para responderle, la puerta se abrió de golpe, era Andrew, miró a Nate y dijo:

-Eh, ¡tú! apártate de ella.

Yo le miré alarmada, Nate también lo miró y se apartó de mi.

-Tu debes de ser su amigo- dijo Nate.

Andrew lo miró de arriba a abajo.

-Si, y tu debes de ser el psicópata que se dedica a molestar a chicas.

Nate sonrió.

-¿Psicópata?

Se fueron acercando el uno al otro. Oh, oh. No me gustaba como se estaban poniendo las cosas, asi que decidí intervenir.

-Andrew, no pasa nada, el no es un psicópata o algo asi.- me miró algo confundido, me puse en medio de los dos- vale, Andrew, este es Nate, puede leer la mente- dije señalando a Nate- Nate, este es Andrew, y puede ver fantasmas.

Los dos se miraron algo sorprendidos. Esto se ponía cada vez más interesante.