jueves, 20 de enero de 2011

Capitulo 1

Estaba en mi habitación  mirando através de la ventana, llovía, no tenía compañera de habitación, no sabia si eso era bueno o malo. Supongo que echaría mucho de menos a mi mejor amiga Molly, las dos nos echamos a llorar cuando nos despedimos, y eso fué hace unos 2 días, habia llorado tanto hasta que mis ojos ya no pudieron derramar una sola lágrima más, mi madre nos habia regañado y habia dicho "venga chicas, ¿cómo si no os fuerais a ver más?" pero la verdad era que ella también habia llorado lo suyo y yo lo sabia. En la última semana habia estado inventandose un montón de excusas para que no fuera a la academia como: "Aun eres muy pequeña, espérate al año que viene" lo cierto es que ya no era tan pequeña, tenía 16 años, no se porque mi madre se empeñaba en llamarme pequeña . También me habia despedido de Nick, el novio de Molly y uno de mis amigos, nos dimos un abrazo y yo le dije: "Eh, cuidarás a Molly por mi ¿verdad? ya sabes lo loca que es, y te juro que si le haces daño de cualquier manera, vendré y te daré un par de tortas", el sonrió " Te prometo que la cuidare", yo le creí, solo me bastaba mirarle a los ojos para saber que me decía la verdad, y también saber que él quería a Molly tanto o más que yo. Molly me dió la foto de las dos con 8 años, estabamos abrazándonos, fué en su cumpleaños. Por último me despedí de mi perro Boby, era un Golden Retriever, era muy fiel, también lo echaría de menos, cogí su pelota favorita y se la lance una vez más, el fue corriendo a buscarla. Yo me dirigí al coche y me senté en la parte de atrás, mi padre conducía, era un viaje de 5 horas, antes de irme Molly me hizo prometer que la llamararía siempre que pudiera.

Si os preguntaís, porque he decidido irme a esa academia teniendo a tanta gente que me quiere incluyendo a mi perro, os diría que necesitaba un cambio, un gran cambio, conocer gente nueva, ademas, esa academia tenía algo que me atraia, por alguna razón que desconozco, sentía que debia ir a esa academia, como si me llamara, direís que eso es imposible, pero en el mundo no hay nada imposible, desde lo más profundo de mi ser, sentía que debia ir, era una sensación extraña y no podria explicarla con palabras. Ahora mirando atraves de la ventana veia caer la lluvia, estabamos en la hora de descanso, hoy habian empezado las clases, cuando tocó el timbre que anunciaba el fin del descanso, me di la vuelta, me miré en el espejo, cogí el cepillo de pelo, me recogí el cabello marrón oscuro que más bien parecia negro en una coleta, suspiré, en el reflejo del espejo estaba yo, una chica normal y corriente de 16 años recién cumplidos, a la que le gusta conocer gente nueva y ser amable con la gente que no conoce, de ojos azules, como los de mi madre, y el pelo como el de mi padre, liso y sedoso, piel blanca y no muy alta la verdad, sacudí la cabeza, si seguia así llegaría tarde a clase,  cogí el libro de matemáticas, mi clase siguiente, y lo metí en mi mochila, ahora haria compañia a lo demas libros, me dirgí a la puerta y giré el pomo de la puerta, salí de mi habitación y me dirigí a mi clase. Al llegar aun habia gente entrando, lo que significaba que el profesor aun no habia llegado, cuando entré vi a dos chicos pasandose una mochila y riendose, también habia otro chico con capucha que intentaba coger la mochila.

 - Que pasa bicho raro, ¿la quieres?- preguntó uno de los chicos el que era más grande y fuerte de pelo negro.

 Pero cuando el chico iba a cogerla el de pelo negro se la paso a su amigo.

 - Devolvedmela- dijo el chico.

 - ¿O qué?- preguntó el otro chico, no era tan fuerte como el otro, tenia el pelo marrón claro.

 El otro le cogio y le quitó la capucha, el chico tenía el pelo rubio, no le podia ver muy bien la cara. En ese momento me entraron unas ganas tremendas de ir y decirles que dejaran en paz al chico, que demonios, lo iba a hacer, odiaba a la gente como esos chicos, que se creen los mejores y molestan a los demas, no sabia como nadie en esta clase hacia algo, la gente iba a su bola, hablaban y se reian. Me dirigí con paso decidido hacia ellos, entonces los dos chicos vieron detrás de mi y le devolvieron la mochila.

 - Chicos, todos a vuestros sitios- dijeron a mis espaldas.

 Me giré era el profesor.

 - Usted tambien señorita- dijo mirandome.

 Yo asentí y me dirigí a un sitio libre, me senté y saqué los libros. Después de que terminara la clase me acerqué a una chica, también iba a mi clase de biolgia.

 - Hola- saludé.

 Me examinó de arriba a abajo, sonrió, su sonrisa se veia falsa, una sonrisa de pega.

 - Ah, hola, tu vas conmigo a clase de biología ¿verdad?

 Asentí.

 - Espera eras... Amber.

 Casi, solo había acertado en la letra "A".

 - Alyson- la corregí.

 - Oh, es cierto, perdona.

 - No importa, puedes llamarme Alys- dije.

 Ya estaba acostumbrada a que me llamaran asi.

 - Claro.

 No parecía muy interesada en hablar conmigo.

 - Sabes, ahora tengo clase de Lengua, y la profesora es una pesada, asi que tengo que irme.

 Hizo ademán de irse.

 - Espera- dije.

 Se volvió a girar hacia mi.

 - ¿Qué? tengo prisa- dijo mirandose las uñas pintadas de rosa.

 - ¿Sabes quién es el chico con el qué se estaban metiendo?- pregunté.

 - Supongo que si, es muy rarito, siempre habla solo a veces hasta le han visto gritando- dijo.

 - ¿Y solo por eso es raro? yo muchas veces también me he encontrado hablando sola, y grito cuando estoy enfadada.

 Me miró como si me faltara un tornillo.

 - Tengo que irme- dijo dando media vuelta.

Vale, definitivamente ahora creeria que estaba loca, yo me fuí a mi clase de Español. La verdad es que esta academia no tenia nada especial, incluso mi antiguo instituto era mejor, aunque tenía que admitir que había muy buenos profesores, esta academia tenía partes muy bonitas, si, lo admito, pero la gente no era como me la esperaba, aun no sabía porque habia tenido la necesidad de venir aqui, todo era tan extraño pero a la vez tan emocionante. La profesora de español estba hablando de algo, pero yo no  prestaba atención, más bien pensaba, ahora mismo me encontraba por asi decirlo en "mi mundo". Cuando todas las clases terminaron me dirgia a la taquilla, pero oí que alguien estaba hablando.

 - Déjame en paz, ¿vale?

 Miré a hurtadillas, era el chico de la capucha, bueno, vale, no se llama asi, pero no sabía su nombre, parecia hablar con alguien, salvo que no había nadie ahí, solo él y yo, aunque el no supiera que yo estaba allí, claro.

 - No puedo, ya te lo he dicho, vete- casi gritó.

 La verdad es que eso si era raro, cuando yo hablaba sola sin darme cuenta no parecia que estuviera hablando con otra persona.

 - Ya, claro, como si yo hubiera podido haber hecho eso, eso lo dices tú, pero si tu hubieras estado en mi lugar te hubieras quedado igual que yo.

 ¿Debía irme de ahí?

 - ¿Qué no? ja, eso me hubiera gustado verlo con mis propios ojos- volvió a decir

 Sí, tenía que irme de ahí, ya dejaría los libros en otro momento, la verdad es que eso era de los más extraño, salí de ahí y fuí a mi habitación.

domingo, 2 de enero de 2011

Prólogo

Yo era una chica normal  y corriente, o eso creia yo hasta que me fui a esa academia, nunca pense que mi vida no era la que yo creia que era.