martes, 15 de febrero de 2011

Capitulo 3

Seguía mirandome sorprendido, todo seguía moviendose a mi alrededor, el suelo no paraba de moverse debajo de mi, era como si alguien lo estuviera moviendo.

- ¿De qué estas hablando?- preguntó nervioso.

Por un momento el mareo parecio irse, intenté levantarme, solo para volver a caerme al suelo.

- Si me ayudas a levantarme quizá te lo pueda decir.

Se acercó a mi indeciso, yo le miré, ahora le veia borroso, me froté los ojos. Me tendió la mano, yo extendí la mia para cogerla, pero entoncees recordé lo que pasó cuando nuestras manos se rozaron, no quería que eso se repitiera. Aparté la mano.

- ¿No querías que te ayudara?

- Bueno, si, pero no quiero ponerme peor de lo que estoy- respondí.

¿Por qué simplemente todo esto no paraba? "Que pare de una vez, maldita sea" pensé. El cerró sus ojos durante unos segundos, los volvió a abrir, el seguía con la mano extendida hacia mi.

- No te vas a poner peor, lo prometo.

- ¿Cómo lo sabes?- pregunté.

- Confia en mi.

Le miré unos segundos, luego extendí la mano lentamente y cogí su mano. Esperé a que ocurriera algo, y si que ocurrió, el mareo se fué, ya nada se movía. Todo esto era de lo más extraño. Me ayudó a ponerme en pie, nos miramos mutuamente, aun seguiamos cogidos de la mano, aparté la mía, y, mierda, el mareo volvió otra vez. Me di la vuelta para irme y sentí que me caía hacia adelante, pero antes de que me diera un buen porrazo en la cara, Andrew me cogió por el brazo.

- Ten más cuidado- dijo.

- Es fácil decirlo, pero intenta tu dar un solo paso cuando parece que todo se mueve a tu alrededor.

Me puse nuevamente derecha.

- Pues entonces no des un solo paso.

Le miré, se agachó y cogió mi mochila del suelo.

- Vamos- dijo.

- ¿Adonde?- pregunté- tengo clase de Arte.

Puso los ojos en blanco.

- ¿Y piensas ir en ese estado?

El mareo seguía ahí, pero ya no era tan fuerte como antes, tenía que admitir que tenía razón.

- Pero no puedo faltar a clase- lo intenté otra vez.- Y menos en mi segundo día.

- De nada te iba servir desmayarte en medio de la clase.

Suspiré sonoramente.

- Si faltara, cosa que no se si voy a hacer, ¿a donde me llevarias?- pregunté- Y no pienso ir a la enfermería, dudo que se crean fácilmente que cuando te toqué me pusiera en este estado, y viera, lo que fuera esa cosa oscura que te rodea.

 Se pusó serio.

 - Aura- dijo.

 - ¿Aura? ¿qué eso?- pregunté.

- El Aura es un resplandor, una vibración luminosa o un campo de luz surgida del cuerpo humano. Ella rodea al ser de una luminosidad coloreada, más o menos ancha y viva, que depende del estado de ánimo y de la salud de su propietario.- respondió.

 Si, había oido hablar de eso, pero eso no existía ¿o si?

 - El aura no existe- dije.

 - ¿Entonces cómo explicas esa cosa oscura que me rodea?

 Pensé en algo rapidamente.

 - Pues... que... ¡tengo que ir al oculista!

Fué lo mejor que se me ocurrió decir, puso los ojos en blanco.

-Vale, esta bien, ahora me ire a clase y te dejare aqui sola- dijo.

Se apartó de mi dejó la mochila nuevamente en el suelo, hizo ademán de irse. La sesación de mareo volvió a mi.

- ¡Espera!- casi grité.

Se detuvo a mitad del pasillo, se giró a mi.

- ¿Que?

- ¿No me vas a dejar aqui sola, verdad?- pregunté.

- Eres imposible.

Cogió nuevamente mi mochila, se la puso al hombro, se acercó a mi.

- ¿Puedo?- preguntó.

Lo miré sin entender.

- ¿El qué?

Sin decir ni una palabra, pasó su brazo alrededor de mi cintura. Me puse rígida, pero eso solo duró unos segundos.

 - ¿Adonde vamos?- pregunté

 - A mi habitación- respondió

 Supongo que eso me desepcionó un poco.

 -¿A tu habitación?

 Asintió.

 - ¿Qué esperabas? ¿un escondite secreto?- preguntó.

 - Pues claro que no, no soy tan tonta.

 Vale, esta bien, quizá habia pensado eso, pero no lo iba a admitir. Me dirigió fuera de ahí, aun seguía algo mareada, asi que, que el me guiara ayudaba mucho.

 - Ahora, me vas a decir que es exactamente lo que has visto- dijo el mirandome.

 - Pues... te vi a ti.

 - Eso ya me lo has dicho, me refiero a  lo de la...

- ¿Gente muerta?- pregunté.

 No hizo falta que me respondiera. Asentí.

 - Vale, con lo de gente muerta, no es quiera decir eso de las pelis, ya sabes, en plan, muertos vivientes que salen de sus tumbas.

 Me miró un momento, proseguí.

 - Lo que quiero decir, es que te vi a ti rodeado de gente normal y corriente como tu o como yo, pero... algo me decía que... bueno, ya no pertenecian a este mundo, que ya no formaban parte del mundo de los vivos, no sabría explicartelo muy bien.

El me miraba, algo sorprendido supongo, pero lo ocultaba muy bien, asi que estaba del todo convecida.
Creia que me iba a tomar por loca, pero eso no pasó, más bien, parecía comprender de lo que estaba hablando.

- ¿Por qué todo esto no te sorprende?- le pregunté.

 Miró al frente, ya casi habiamos salido del edificio. Por suerte el mareo ya se habia ido completamente, un alivio, la verdad, para variar estaba bien no seguir teniendo esa sensación, que me producia ganas de vomitar. Se detuvo, oí pasos, me empujó contra la pared, se puso delante mio, mi respiración se volvió entrecortada. Cerré los ojos. Ójala no nos pillara quien quiera que fuera el que andaba por los pasillos.

 -Asi qué estabaís aqui...

 Era la voz de una mujer, se oia cerca de nosotros. Si, definitivamente nos habian pillado. Aun seguía con los ojos cerrados, abrí la boca para explicarle a la profesora porque estabamos aqui. Alguien me tapó la boca. Abrí los ojos, era Andrew, ¿y dónde estaba la profesora?. Andrew, señaló donde estaba la profesora, si, estaba cerca de ahí, pero no tanto como yo creia, se agachó y recogió algo del suelo, se levantó y vi que tenia dos gatitos.

-Sois unos mininos muy malos- les regañó la profesora.

Se alejó de ahí con los dos gatitos en los brazos. Andrew se apartó de mi, vi como la profesora se alejaba.

- ¡Eh! Eso no es justo, creia que estaba prohibido traer animales a la academia.

Andrew se encogió de hombros.

- Es que estan prohibidos los animales.

 - ¿Y cómo es qué... ? ah, claro, ya lo pillo, osea que como ella es profesora, puede traer a sus mininos,  ¿y yo no puedo traer a mi Boby?, es injusto- protesté.

 - Estoy seguro de que nadie sabe que tiene animales aqui, si lo supieran seguro que ya estaría despedida.
 
 - ¿Despedida?- pregunté.

 Asintió.

 ¡Vaya! despedida por solo traer unos gatitos.

 - ¿Podemos seguir ya?- preguntó.

 - Creo que si- respondí-. Pero aun no has repondido a mi pregunta.

Me instó a que andara, salimos fuera. El aire que corria me revolvió los cabellos, a el también, pero claro, a el no se le ponian los pelos en toda la cara. Y tampoco se estaba peleando con el viento como yo , en ocasiones como esta odiaba al viento.

 - No me creerias- dijo.

 Lo miré un momento.

 - Bueno, al menos inténtalo.

 Seguimos andando hasta las habitaciones de los chicos. Suspiró sonoramente.

- Veo... - titubeó-  ...fantasmsas.

Me paré en seco.

- ¿Fantasmas?- pregunté

- Fantasmas, espectros, gente muerta... o como quieras llamarlos.

¿Estaba de broma? seguro que era una broma. Se paró y me miró, supongo que estaba esperando mi reacción, algo en su rostro me hizo ver que no estaba de broma,  de alguna forma, se podria decir que todo esto encajaba, si, todo tenia sentido ahora.

 - ¿Hablas en serio?- pregunté.

 - Venga, dilo. Se que ahora mismo estas pensando que estoy completamente loco.

 Apartó la mirada.

 - Eso es... muy guay- dije.

 Me miró sorprendido.

- ¡¿Guay?!- exclamó.

- Si, me parece guay, poder comunicarte con personas que ya no pertenecen a este mundo.

- No, a mi no me parece en absoluto nada guay, no es muy divertido que los fantasmas te esten incordiando cada dos por tres- casi gritó.

Lo miré, no me esperaba esa reacción por parte suya, dejó mi mochila en el suelo, se dirigió casi a zancadas a los dormitorios de los chicos, yo me quedé donde estaba.

- Lo siento, yo... no sabia... - titubeé

Se detuvo. Aun se hallaba de espaldas.

- No, claro que no, tu no sabes nada, absolutamente nada, ni siquiera se porque te lo he contado.

Se adentró en el edificio, fuí y cogí mi mochila. Creo que ya no me volveria a hablar, pero, no tenia ni idea de porque se ponia asi, no tenia ni idea de nada, me fuí a los dormitorios de las chicas. Quizá ver fantasmas no era tan guay como yo creia. Todo esto era muy extraño, hasta hace tan solo un par de semanas, jamás habría creido en, fantasmas o auras. Parecia que fuera un sueño, un sueño muy extraño, pero a la vez queria saber más de ese "sueño". Entré en el edificio y me fuí a mi habitación.



 Andrew

  Estaba haciendo los deberes, bueno, al menos lo intentaba. Me dolia la cabeza, y para colmo Craig no paraba de hablar. Cerré los ojos un momento, me dolia mucho la cabeza, ni si quiera podia terminar de hacer la estúpida ecuación.

 - Oh, venga tío, ¿qué te parece si salimos fuera a dar una vuelta y charlar un poco?

 Me aparté del escritorio y lo miré de mala manera.

 - El único que estaría charlando sería yo. Al menos para los demas, y eso les daría más excusas para llamarme bicho raro.

 Se sentó en mi cama, y me miró.

 - Esta bien, no ha sido una gran idea

 Me giré nuevamente para hacer los deberes, cogí el lápiz. Me dolía muchísimo la cabeza, lo que daria por uma aspirina. Craig volvió a las andadas.

 - Oye, Andrew, aun no me has hablado de la chica del otro día. No me digas que...

Ya había colmado el vaso de mi paciencia. Me giré nuevamente a el.

- Oh, maldita sea Craig,- le grité-. ¿Quieres callarte de una vez? no haces más que fastidarme, y encima haces que mi dolor de cabeza empeore.

Se quedó callado y me miró con esos ojos marrones que tenia. Ahora hacia algo bueno en todo el día. Callarse. Craig solo sería unos dos años mayor que yo cuando habia muerto. Lo conocí el año pasado en mi primer día de clases. Desde entonces no habia parado de incordiarme, murió ahogado, o eso me habia dicho el. Ahora me había hecho acordar de Alyson, genial, lo que me faltaba ahora, había pasado unos cuatro días desde que le dije que podía ver fantasmas, lo cierto es que ni siquiera se porque se lo dije, creia que me tomaría por loco o algo asi, pero no. Eso no me había pasado nunca, la verdad es que antes yo no veia fantasmas, era normal, tenia amigos, y hasta me gustaba una chica, pero luego... ocurrió el accidente de coche. La primera vez que vi un fantasma fué cuando me dieron el alta y salimos fuera, me había pasado dos meses enteros en el hospital. Yo iba al aparcamiento de camino al coche de mi padre, el me habia dicho que me fuera adelantando, y vi a una niña`pequeña, de pelo rojizo, con una piruleta en la boca y una muñeca en los brazos, tendría unos 5 o 6 años. No paraba de mirarme, decidí ignorarla, pensé que sería una cría esperando a sus padres. Entonces me preguntó aun con la piruleta en la boca, "¿Puedes verme?", yo me detuve y la observé un momento, "Pues claro que puedo verte, no deberías hablar con la piruleta en la boca, te puedes atragantar", se encogió de hombros, me agaché hasta llegar a su altura, señaló mi brazo escayolado, "¿Qué te ha pasado?", miré sus bonitos ojos azules, sonreí. "He tenido un accidente", se puso triste. "Yo también" la miré sin entender. "¿Dónde estan tus padres?" pregunté, se encogió de hombros. "¿No sabes donde estan tus padres?" pregunté extrañado, "no" respondió, "Vale, esto es lo que haremos, tu me dices como son tus padres y yo te ayudo a buscarlos" intenté cogerle de la mano, pero ella la apartó, negó con la cabeza "¿por qué no?" pregunté, " Porque..". En ese momento oí la voz de mi padre. "Andrew, ¿qué estas haciendo?" Me levanté y me giré a el. "Papá, tenemos que ayudar a esta niña" dije señalando a la pequeña, el miró donde yo señalaba, "hijo, ahí no hay ninguna niña" dijo preocubado. "Pero si la estas viendo, esta ahí mismo" seguí señalando al a pequeña, ella solo me miraba a mi, "Vamos, dile a mi padre que.. " negó con la cabeza " El no puede verme, pero tu si". Mi padre se acercó a mi y me cogió del brazo. " Andrew, vamonos, estas cansado y... el médico dijo que tienes que descansar, seguro que solo son imaginaciones tuyas", me arrastró al coche, yo no querí irme, no queria dejar sola a esa niña pequeña, ella se despidió de mi. " Pero, papá, no podemos dejarla sola" insistí. Me obligó a sentarme y a abrocharme el cinurón, cuando el coche arrancó vi a la niña a través de la ventana. Después de aquello mis padres me enviaron a un montón de psicólogos, todos decian que tenía que dejar de inventarme a "mis amigos invisibles", pero yo seguía diciendo que no me los inventaba y que no estaban en mi imaginación. Oí a mis padres decir una vez que si seguía asi me llevarían a una clínica mental. Asi que decidí que no se lo podía contar a nadie, y le dijé a uno de los psicólgos que tenía razón, que solo me había inventado todo eso para que me dieran más importancia y que no lo volvería a hacer más, y se lo creyeron, porque lo cierto es que en casa eramos mis padres, mi hermano mayor Erick, mi hermanita Carly, y yo. Siempre daban más importancia a Carly asi que mis padres se lo creyeron, asi que me daban mimos, me compraban cosas y no paraban de preguntarme si me encontraba bien, y que si queria algo solo tenía que pedirselo. Vi un folleto de esta academia y me pareció una gran idea venir aqui, al principio se negaron, pero después de muchas súplicas y decirles que estaría mejor aqui que en el instituto, al final acabaron cediendo.

Y es por eso por lo que ahora me encontraba en esta academia, solo, y sin amigos, también era por eso por lo que no entendía como ella se lo había tomado asi y creia que era guay, cuando ni siquiera mis padres me habian creido, y hasta me habian tomado por loco. En estos cuatro días ella había intentado hablar conmigo, pero yo la evitaba, era lo mejor que podía hacer. Craig volvió a hablar.

- Lo siento Andrew- se disculpó- pero aun no entiendo una cosa, ¿cómo es que ese día en el pasillo no me viste cuando apareció la chica?

Lo miré sin entender.

- ¿De qué estas hablando?, no te vi porque te fuiste ¿no?

Negó con la cabeza.

- Yo estaba ahí contigo y con la chica, pero tu no parecias verme.

- No, eso es imposible, si hubieras estado ahí te habría visto- dije.

- Pero te te juró que estaba ahí, te grité me puse a hacerte señas y todo, pero tu no me viste ni me oiste, creí que me ignorabas y decidí irme.

Me negaba a creer aquello, no, claro que no, seguro que solo sería otra de las tontas bromas de Craig.

- Estas mintiendo- dije.

 - No estoy mintiendo, lo prometo.

Le miré y vi que decia la verdad, yo sabia cuando estaba bromeando, y ahora no lo estaba haciendo.

 - Pero... ¿cómo es eso posible?- pregunté.

 Me puse a pensarlo, no podía ser cierto, de ninguna manera

 - No tengo ni idea, tu eres el que ve los fantasmas- no le prestaba atención- lo que si se, es que cuando ella apareció, tu dejaste de verme y... fué... ¡como si te bloquera los poderes!

 Lo miré sorprendido, ¿qué era lo que acababa de decir?

- ¿Puedes repetir eso último?- pregunté.

 Me miró un momento.

 - ¿El qué?, ¿lo de los poderes?, ya se que no te gusta que lo llame asi, tu prefieres llamarlo maldición.

 Negué con la cabeza.

- Eso no, antes de eso.

 - ¿Los?- preguntó intentando bromear, pero lo dejó al ver mi cara de enfado-. Te refieres a lo de bloquear los poderes ¿no?

Asentí.

Justamente eso, pero ¿Alyson me había bloqueado los poderes?,¿cómo demonios iba a hacer ella eso?, me levanté de la silla y me dirigí a la puerta.

- Andrew, ¿adonde vas?- preguntó Craig mientras yo salia de la habitación.

Salí corriendo del edificio, aunque yo sabía que esto no tenia sentido, de alguna forma encajaba, y tenia que hablarlo con ella. Fuera todo el mundo se dirigia a sus habitaciones, algunos se pararon para verme. Corrí a las habitaciones de las chicas, pero no sabía cual era su habitación, me topé con una de las encargadas en vigilar el edificio, me cogió por el brazo.

- ¿Sabe usted qué no puede ir a las habitaciones de las chicas, verdad?, dígame su nombre.

Suspiré.

 - Andrew. Andrew Osman- respondí obedientemente.

Lo apuntó en su libreta.

- Por favor, solo será unos minutos, mi... compañera, con la que tengo que hacer un trabajo, me tiene que dar una información importante para el trabajo- mentí.

Me inspecionó unos intantes.

- ¿Qué trabajo?- preguntó.

Intenté inventarme uno rápidamente.

- El de... literatura- respondí.

Lo cierto es que ella no iba a mi clase de literatura.

- Esta bien, pero solo será unos minutos.

Asentí, habia tenido suerte. Sonrió, siguió nuevamente su camino.

- ¡Espere!- dije.

No sabia la habitación de Alyson.

- ¿Si?- preguntó girandose nuevamente a mi.

- Me he... olvidado el número de la habitación de mi compañera.

Negó con la cabeza, se acercó a mi.

- ¿Cual es su nombre?- preguntó.

¡Vaya! si que era maja esta encargada.

- Alyson- dije.

Sonrió.

- ¿El apellido?

Era cierto, intenté hacer memoria, intenté recordar cuando el profesor de matemáticas pasaba lista.

- Alyson...- dudé- Weston.

Miró su libreta y empezó a pasar las hojas.

- Habitación 314- respondió.- Pero dese prisa, ya es hora de ir a dormir.

- Gracias.

Sali pitando de ahí, me choqué con una chica que me insultó, por no tener cuidado. Cuando llegué a su habitación, me detuve frente la puerta, y toqué. Esperé unos instante, se abrió la puerta y la vi, llevaba puesto el pijama y el pelo recogido en una coleta, parecia tan sorprendida como yo de verme ahí.

- ¿Qué haces aqui?- preguntó.

- Tenemos que hablar- respondí

viernes, 11 de febrero de 2011

Capitulo 2

Preguntas, tenía muchas preguntas, para empezar, ¿por qué hablaba solo aquel chico? No había podido hacer los deberes pensando en ello, no, tenía que haber alguna explicación lógica, tenía el libro de Lengua abierto, pero no conseguía concentrarme. Quería hablar con alguien, pero, no tenía ni un amigo aquí. Suspiré. Y tampoco podía hablar con Molly, era tarde, necesitaba tanto el consejo de mi mejor amiga, ella y yo siempre habíamos sido como hermanas, nos lo contábamos todo. Terminé los deberes, me encontraba cansada, no me había ni acercado a cenar, la verdad es que no tenía hambre, solo quería acostarme en mi cama y dormir, esa  parecía una gran idea. Me levanté de la cama, cogí el pijama, me dirigí al baño y me puse el pijama, me cepillé los dientes, terminé, me miré en el espejo, mi rostro reflejaba cansancio. Salí del baño y me fui derechita a la cama, cogí la manta y me cubrí con ella, ahora la cama me parecía tan cómoda, cuando llegué aquí y me tumbé en ella por primera vez, me parecía demasiado dura. Supongo que cuando una tiene sueño, cualquier sitio le parece cómodo, apagué la lámpara de la mesilla, cerré los ojos y me quedé dormida

Me desperté y miré el reloj, eran las ocho de la mañana, las clases empezaban a las nueve, aparté la manta y me senté en la cama, me aparté los pelos de la cara, aun estaba medio dormida, me levanté de la cama, y me dirigía al armario, entonces tropecé con algo y me di un buen golpe en la pierna. Vi al causante mi caída, una zapatilla.

- Estúpida zapatilla- le dije.

Como si la zapatilla me fuera a responder, que tontería, volví a levantarme, rebusqué en el armario, cogí unos vaqueros negros, un jersey azul claro (regalo de Molly cuando cumplí los 16 años) y unas zapatillas. Fui al baño y me lavé la cara y los dientes. Ya vestida, me cepillé el pelo, pero esta vez me lo dejé suelto y me puse una cinta de pelo negro. Hoy estaba decidida a hacer amigos, cogí la mochila, eran las ocho y media, tenia que ir a desayunar, salí lo más rápido posible. Cuando llegué, el comedor estaba repleto, normal, era la hora del desayuno, me dirgí a la cola para pillar algo de desyunar, cogí una bandeja, en ella puse una manzana, un yogurt, una magdalena, un sandwich de jamón y queso, y por último un zumo de piña y uva. Fuí a una de las pocas mesas vacías que quedaban, me senté en la silla, dejé la mochila encima de otra silla, vi la bandeja de comida y cogí primero el sandwich, esta muy rico, hasta ahora no me había dado cuenta del hambre que tenía, cogí el zumo y le di un sorbo, y fué entonces cuando lo vi, no me fijado en el, era el chico de la capucha, lo vi con su bandeja de comida, me parece que se dirigia a una mesa vacía, también vi a un chico detrás suyo, eso no podía significar nada bueno, había gente que miraban expectantes que iba a hacer el chico, ese chico iba a mi clase de lengua, creo que se llamaba Kevin, y desde el primer momento en que le vi, sabía que no era una buena persona, vale, se que no le conocía personalmente, pero siempre había tenido, por llamarlo de alguna manera  la "habilidad" de saber cuando una persona era buena, y cuando no. En ese momento cogió al chico de la capucha por los hombros y lo empujó hacia delante, cerré los ojos, no quería ver aquello. Odiaba haber tenido razón repecto a Kevin, volví a abrir los ojos y le vi en el suelo, y su comida, la gente se reia de el, no se como podian ser tan crueles, si a mi me hubieran hecho eso, yo me hubiera echado a llorar y habría salido corriendo, pero el no, se puso a recoger algunos de los alimentos y los puso nuevamente en la bandeja, se levantó y se fué a una mesa vacía. Tomé una decisión, puede que luego me arrepintiera, pero ahora no. Cogí la mochila, me la puse al hombro, luego cogí la bandeja de comida y me dirigí a la mesa donde se sentaba el, sentía las miradas de todo el mundo clavadas en mi, "tranquila" pensé, "no te van a hacer nada". Llegué a su mesa, el miraba su bandeja de comida, levantó la cabeza y clavó su mirada en mi, yo sonreí. Tenía los ojos de un verde oscuro y era guapo, quizá más que guapo.

- ¿Puedo sentarme contigo?- pregunté.

 - No creo que quieras sentarte conmigo- respondió.

Asentí.

- Llámame loca, pero quiero hacerlo.

 Se encogió de hombros, tomé eso como un "si", puse la bandeja encima de la mesa, dejé la mochila en el suelo, y me senté frente a el, que volvía a mirar su bandeja de comida, si se podía llamar comida a eso, estaba todo espachurrado, intenté dar conversación.

 - Me llamo Alyson ¿y tu?

Ni se molestó en responder, mi intento de dar conversación había fracasado, se notaba que no quería hablar, ¿o quizá era que no le agradaba mi presencia?. Cogí la manzana y le di un mordisco, la gente nos seguia observando, y la verdad, era de lo más incómodo, cogí un mechón de mi cabello y lo enrollé en mi dedo, solía hacer aquello cuando me ponía nerviosa.

- Me llamo Andrew- dijo él.

Levanté la cabeza rápidamente, me estaba mirando.

- Oh, yo tenía un amigo en el colegio que se llamaba asi, aunque no me caia nada bien, era un pesado- me miró con cara rara- bueno, eso no quiere decir que tu me caigas mal, no te conozco.

- Creo que ni yo mismo me conozco- dijo el.

 Le miré sin entender.

 - ¿Qué quieres decir?

Negó con la cabeza.

- Nada.

Se giró a su mochila y sacó un libro, lo puso encima de la mesa y creo que se puso a leer, la "conversación" habia terminado. Al menos me había dicho su nombre, eso ya era un progreso. Tomé una cucharilla de plástico y me comí el yogurt, de fresa, mi favorito, me pregunté si el tendría hambre, sabia que no era mucho, pero yo podía darle mi magdalena.

- ¿Quieres mi magdalena?

Levantó la cabeza del libro.

 - No gracias, no tengo hambre

Bueno, al menos lo había intentado, seguí comiendo mi yogurt. Estuvimos asi un rato, el leyendo, y yo comiendo y pensando en mis cosas, sentí curiosidad por saber que estaría leyendo, cuando me decidí a pregutarle que estaba leyendo, sonó el timbre, yo pegué un salto del susto que me llevé, el cogió su mochila, yo lo seguí con la mirada, miré a la mesa, estaba el libro, me acerqué para ver que libro era, era el de Romeo y Julieta. Yo lo leí el año pasado para la clase de literartura, y Molly y yo vimos la peli, las dos nos echamos a llorar, Nick dijo que era una chorrada echarse a llorar por una peli. Sonreí al recordar a aquello, echaba de menos a Molly y a Nick más de lo que creia. Me levanté de la silla cogí la mochila del suelo, me la puse nuevamente al hombro, recogí la bandeja y encima puse el libro, me fuí a tirar los restos que quedaban de comida, a la basura, los tiré, pero antes cogí el libro. Salí fuera del comedor, vi a Andrew cerca de ahí, se dirigia a su clase, intenté seguirle para devolverle el libro, pero había mucha gente y lo perdí entre el gentío. Ya se lo devolvería, si lo volvía a ver, claro, pues claro que lo volvería a ver, estaba en mi clase de matemáticas. Ahora tenía francés, pero antes decidí ir a hacer una parada en la taquilla, cogí los libros de francés. Fuí a clase, era una de las últimas en llegar, me senté en el mismo sitio de ayer, a los pocos minutos apareció la profesora.

- Bonjour à tous.

 La clase respondió con otro bonjour, el francés no era especialmente una de las asignaturas que me mejor se me daban, la máxima nota que solía sacar era un siete. La clase se me hizo larga y aburrida, demasiado en realidad, la profesora me preguntó algunas cosas para ver como iba mi francés, por suerte supe responder perfectamente. Al fin la clase se terminó, yo puse los libros dentro de la mochila, y me disponía a irme cuando ví a un grupo de chicas cuchicheando fuera de la clase, también me miraban, casi todas eran rubias, entre ellas vi a la chica de día anterior, claro, ahora lo entendía todo, lo mejor que podía hacer era pasar e ignorarlas.

- Creo que va a buscar a su novio- dijo ella a mis espaldas.

Me giré a ella.

- Andrew no es mi novio.

Ella miró a sus amigas y sonrió.

- ¿Andrew? no sabía que el bicho raro tuviera un nombre.

- Yo tampoco- dijo otra.

Sonrieron como estúpidas.

- Pues como todo el mundo ¿no?, yo a ti no te llamo rubia de bote- dije.

Me miró con mala cara.

- Para tu información, mi rubio es natural.

- Vale, lo que tu digas no me importa.

Otra chica decidió intervenir.

- No es cierto Kayla, te teñimos el pelo de rubio el mes pasado ¿recuerdas?

Kayla se puso roja de la indignación.

- Oh, Jennifer ¡cállate!- le espetó Kayla.

Yo me eché a reír. No debia extrañarme que tuviera amigas tan tontas.

- Pero es la verdad- dijo otra.

Kayla se fué y las otras la siguieron.

- Kayla, ¡espera!

Bien, se lo tenía merecido, fuí a mi clase siguiente, Arte. Ya no había mucha gente por los pasillos, oí otra vez que alguien hablaba cerca de ahí, la voz era de Andrew, podría entregarle el libro, giré a otro pasillo y lo vi de espaldas.

- Déjame en paz, te he dicho mil veces que no puedo, además, ahora tengo una clase a la que asistir.

Otra vez hablaba solo.

- ¿Qué a quién le importa? pues a mi.

Me fuí acercando a el.

- Ya se que nadie...

Se calló y empezó a ver a su alrededor, como si buscara algo, yo me acerqué unos pasos más a el, se giró y me vió.

- Emm.., estaba hablando por el móvil- se excusó.

- ¿Un móvil invisible?- pregunté.

Sacudió la cabeza.

- No tengo porque darte explicaciones- respondió.

Tenía razón, iba a llegar tarde a clase pero no me importaba.

- Bueno, quería devolverte tu libro.

- ¿Mi libro?

Asentí.

- Si, te lo dejaste en el comedor.

Cogí la mochila y empecé a buscar dentro hasta que encontré el libro, dejé la mochila en el suelo, le tendí el libro

- Toma.

El extendió la mano para cogerlo y nuestras manos se rozaron, yo aparté la mano rápidamente, me empecé a marear, todo daba vueltas, cuando el me tocó había visto...

. ¿Te encuentras bien? esto... ¿Alyson?- preguntó indeciso

Asentí, aumque yo sabía a la perfección que no estaba bien, todo daba vueltas, era como estar en un barco al que el mar empujaba de un lado a otro, nunca me había pasado algo parecido, y cuando digo nunca, es nunca.

- ¿Estas segura?- volvió a preguntar.

- Si, me siento algo mareada, pero se me pasará- respondí.

Al menos esperaba que fuera asi, porque era una sensación horrible. Me senté en el suelo y puse la cabeza entre las rodillas, había oído que eso ayudaba, vi el rostro de Andrew, parecia preocupado, había algo oscuro que lo rodeaba, no sabía que era aquello y... por un momento me pareció ver a alguien al lado suyo, pero eso no era posible, no había nadie más ahí, sería mi imaginación que me jugaba malas pasadas.

-Alyson...

-  ¿Qué es eso negro que te rodea?- pregunté.

Me miró confuso.

- ¿De qué hablas?

Intenté explicarme mejor.

- Es... algo oscuro que te rodea, y te... veo a ti, y también... gente muerta.

El me miró con los ojos abiertos como platos, la cabeza me seguia dando vueltas, sentía que de algun momento a otro me iba a desmayar, ójala no ocurriera, el seguía observándome, no sabía la razón de porque había visto aquello pero... era lo que había visto, gente muerta.